Ir al inicioRegresar a "Cuenteando"


Un trago de agua

Por Georgina Wilson González

Es sábado, la alberca está repleta. Todos los carriles están ocupados, así que tendré que compartir con alguien. De pronto lo veo. Me reconoce, sonríe y me acerco a saludarlo. Aquí nos conocimos hace algunos meses. Estuvimos platicando un rato, me invitó a tomar un café y luego salimos un par de veces. Nunca volvió a llamarme. Y ahora hélo aquí de nuevo, con sus goggles rojos y su traje de baño negro, luciendo su cuerpo atlético. Hago la pregunta obvia: si está dispuesto a compartir el carril conmigo. Asiente y emprende de nuevo el nado; ni siquiera me pregunta cómo he estado.


Recojo mi cabello, me estiro un poco y comienzo a nadar de pecho. Piernas, brazos, respirar; piernas, brazos, respirar... llegar a la otra orilla, tomar impulso; piernas, brazos, respirar y así seguir dando vueltas y vueltas. Él me rebasa varias veces, nadando a toda prisa y deteniéndose para recuperar el aliento de vez en cuando. Yo sigo a mi paso. Piernas, brazos respirar, y no me detengo hasta completar trescientos metros. Entonces descanso y noto que él conversa con la muchacha del carril vecino.


Interrumpo mi descanso antes de lo planeado y empiezo a nadar de dorso: brazada, brazada, y entre brazada y brazada un par de patadas, teniendo buen cuidado de no pegarse en la cabeza al llegar a la orilla. Una vez más me rebasa y al hacerlo me roza sin querer. Brazada, brazada, de seguro él preferiría estar compartiendo el carril con la vecina y haberla rozado a ella. Brazada, brazada, los ojos puestos en la orilla, no me vaya yo a pegar. La vecina está ahí, sin moverse, esperándolo a él, que está por darme alcance otra vez. Él se hace el interesante, se da un par de vueltas más y finalmente se detiene a conversar con ella de nuevo. Vieja arrastrada (brazada), holgazana (brazada), nomás viene a la alberca a lucirse (brazada, brazada, brazada), eso sí (brazada), tiene mejor cuerpo que yo (brazada), de seguro hace aerobics (brazada), y luego viene aquí nomás a presumir (brazada, brazada, brazada). Pierdo la cuenta.


Me detengo a descansar y a hacer unos cuantos bucitos. Escucho un pedazo de su conversación: "De veras, trabajo y estudio... sí, la Maestría... en la Ibero". Ya he oído esa misma historia, con esas mismas palabras. No quiero escuchar más y emprendo mi recorrido de crawl. Brazada, brazada, brazada, respirar del lado izquierdo. Brazada, brazada, brazada, respirar del lado derecho. ¿Pero qué se han creído? (brazada) ¿Que la alberca es para socializar? (brazada) mejor harían en irse a tomar un café (brazada, respirar), como cuando nos conocimos (brazada), no estuvimos tanto tiempo nomás remojándonos (brazada), casi de inmediato sugirió que fuéramos a Sanborn's (brazada, respirar). Llego a la orilla y no lo veo. Noto que tampoco está ella. Finalmente se fueron a tomar el dichoso café, de seguro al mismísimo Sanborn's.


Brazada, brazada, brazada, respirar del lado derecho; brazada, brazada, brazada, bocanada de agua. Tos repentina a la mitad del carril. Cara de alerta del guardavidas. Esfuerzo sobrehumano por seguir nadando y reprimir la tos, con el inexplicable canturreo de un verso de infancia resonando en la cabeza: (brazada, brazada) pobrecita del agua (brazada) ay, si no sabe a nada (brazada) ay, amor que se ahoga (brazada) ay, en un vaso de agua.

Georgina Wilson González nació en la Ciudad de México. Ha sido premiada en algunos concursos de cuento en su país natal. Es Ingeniero Bioquímico y actualmente realiza estudios de posgrado en Ingeniería y Ciencias Ambientales.

RELiM
http://www.relim.com
ilianarz@servidor.unam.mx