La lúgubre obscuridad apenas se veía diezmada por unos rayos de luz que se infiltraban atrevidos por algunas rendijas; de un lado a otro, un gladiador se movía desesperado, sintiendo en su corazón inquietud, rabia, miedo.

Un pasillo hacia el círculo de muerte que forma la arena, se abren sus puertas y el sol penetra enarbolando su claridad mientras cientos de gargantas estallan en gritos.

Se hallan los adversarios frente a frente, se miran, se reconocen, se examinan; sienten en sus estómagos el apretón de la angustia contenida.

Desde sus gradas, el público espera casi en silencio el primer encuentro; uno prepara sus afiladas armas, el otro la tersa cara de su escudo; éste discurre en su cerebro la estrategia, aquél confía en su fuerza y se arroja en la primera carga.

Instalado en lo alto, el monstruo de múltiples bocas clama embravecido, revienta en algazara; quiere sangre y uno de los brutos lo complace cuando se vierte, desde sus hombros, la negra vida que mancha la arena blanquecina.

La muchedumbre ya tiene a su favorito y corea sus hazañas y aspira desesperada cuando el otro parece alcanzarlo. Momentos de cálculo, espera desconcertante para el ensangrentado gladiador; no sabe qué pasa, sólo puede sentir el cansancio y el sudor que escurre espeso en sanguaza.

Algo trama su adversario, pero él no puede pensar y lo único que hace es embestirlo enloquecido, esperando derrotarlo y regresar a la tranquilidad de antes; ¡vana esperanza!, el traidor esconde una garra tras el tejido de malla, misma que clava hasta la empuñadura, alcanzando su corazón.

Dolor... intenso dolor, flaquean las extremidades... cae y escucha al público que, excitado hasta la locura, alaba al vencedor al grito de: "¡To-re-ro, to-re-ro!"

Gabriel Barragán nació en la ciudad de México un 17 de octubre de 1970. Su vida ha transcurrido entre libros. A pesar de que en algún momento se inclinó por las ciencias, las letras atraparon su interés de manera decisiva, hasta el punto de llevarlo a definir su área de estudio: la cultura clásica. Actualmente comienza a forjar su camino como profesor del área de Historia y Cultura Griegas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.