Para Leti, agua de manantial, la amiga que me enseñó la risa del sol capturada en una gota.
Jamás he estado en otro lugar, pero he conocido a mucha gente. De mis iguales puedo decir que cantamos y hablamos el mismo lenguaje, nuestros tonos son siempre los mismos porque somos amigos. De los otros me he convertido en testigo impávido, no por eso menos solidario. Conozco, acaso, más de lo que son capaces de confiar a cualquiera. Y no existo para ellos. Me han condenado al silencio y a la indiferencia indolora que recibo día con día; sin embargo, quiero decirte que no lo considero oprobioso. No saben dónde están parados y yo sí. Vivir es estar aquí, siempre, atento a todo para aspirar a una vida plena, vamos, sin tropiezos reiterados, por lo menos, vivir con problemas que sean distintos unos de otros en el proceso de cada existencia. Quiero decir: aprender a crecer. No me importa si llueve o hiela, si nos perdemos con besos de verano, cuando la sombra es gratis.
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