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Historia magistra vitae

Por Leticia López S.

A todos aquellos maestros y alumnos que han olvidado que el proceso enseñanza-aprendizaje es un acto esencialmente amoroso.
A mi amiga y maestra Rosario Covarrubias.

Dicen los autores antiguos que la Historia es la maestra de la vida... ¡eeera! Ahora, tan devaluada la docencia, pues ya no enseña nada. Dicen también los pedagogos que el deber principal del docente está en crear conciencia e inculcar valores; pero la señora Historia no ha cumplido, o porque no la han dejado, o porque de plano no quiere hacerlo... quién sabe. ¡Total!, tiene plaza vitalicia y, además, está sindicalizada, o sea que ¿correrla?, hmmm, me temo que no. Bueno, la idea no es hablar mal de ella. Más bien hay que reivindicarla, hay que exigirle que sea honesta y que recuerde cuál es su función en el plano curricular no-liberal:

...dicen que los hombres
no deben llorar por una mujer
que ha pagado mal...

El caso es que ella se defiende y arguye que no la amuelen, que total, para lo que le pagan... ¡Ah, qué rejija! Necesita que se la refresquen (la memoria, digo):

...madre, que tu nostalgia
se vuelva el odio más feroz,
madre, necesitamos de tu arroz...

Debería venir el buen Juan Luis Vives a recordarle que el parvulito, bestezuela que requiere metamorfosearse en HOMBRE, exige del maestro (a) una como proyección de los padres... pero, claro, si la señora maestra llega a la clase media hora tarde, sin maquillar, con legañas y bostezando, ¡mejor que lo olvide! (Vives, digo); porque ella, la muy cínica, se va a reír y nos va a champar en las narices su plaza vitalicia:

...nooo, nooo, no nos moverán...

Bueno, señora Historia, por favor, si quiere enseñar...pero en serio (bájese la falda), comience por no dejarse encajonar en los moldes de un sistema que señala con el índice, así como si fuéramos idiotas, qué hay que hacer o no hacer:

...vivo en un país libre
cual solamente puede ser libre
en esta tierra, en este instante,
y soy feliz, porque soy gigante...

Dedíquese a su tarea con dignidad porque, a fin de cuentas, nadie la engañó, nadie le dijo que la fortuna (la que usted busca, pues) está en las aulas. Enséñele a sus discípulos que el mañana será responsabilidad de ellos, pero acuérdese que todavía es hoy...¡ya levántese temprano!, ¿no? No le hace que no se maquille... quítese siquiera las legañas:

...oh tierra luna, tierra luna
mundo caótico y podrido,
desde aquí arriba me despido
¡ADIÓS!...

RELiM
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