Por Iliana Rodríguez
Quiero decir la alta soledad del árbol,
sus pájaros de sombra,
el clamor de su follaje.
Quiero decir la sinfonía
de la lluvia majestuosa,
el aire herido
por una libertad de luces.
Quiero decir el aroma de la tierra,
el eco de los cielos.
El segundo de deleite
que me obsequia el infinito.