Desde la más modesta de las piedras, desde el árbol opulento y la flor más sutil se escuchará la voz cantante del río, del mar y del silencio; un grito hecho palabra, un qué que contarse, un algo que debe nacer, que por nacer no reconoce esperas. Éste es el espacio de las historias bien narradas, del sueño, el viaje, la vivencia, la pesadilla, la inquietud de buscarle a la vida el eterno azul del primer paso a la verdad: la duda. La evidencia del creador que desea compartir y que consagra su vida a través de la milenaria herramienta de la palabra.

Cuenta, invoca, conjura con nosotros, acércate a RELiM.

Esta columna es para contarnos soledades y presencias, la prisa por llegar a algún lugar nunca encontrado, por encontrar el desencuentro de la vida desde la mitad perfecta y convulsiva del Eros y Tánatos en la medianía nocturna sobre asfalto, bajo el neón de ciudad grande.